[Síntoma]

Enfermedad / dossier / Abril de 2024

Elisa Díaz Castelo

El síntoma aparece por la noche, trata

de no hacer ruido al entrar en mi cuarto

pero escucho sus huesos cariados

armarse contra mi desvelo.

Se sienta al borde de mi cama y habla

en el lenguaje de los animales extintos.

Su corazón, acompasado al mío,

late en un semitono más amargo.

Me enseña cómo lograr que rimen

las cosas inciertas y produce

un coloquio de termómetros.

Enciendo la lámpara: se rompe

la oscuridad de un lado al otro.

El síntoma estornuda en el envés del codo.

Toca el comienzo de mi vestido y el perfil

de las cosas enojadas. Yo lo desgloso lento

y a pesar de la luz. Y así pasan las horas,

la calavera rota de las horas.

Me explica al oído mi huella de carbono.

Mi sombra arde de fiebre,

mis manos germinan cientos de dedos

y me lastima el principio de las cosas.

El síntoma se disminuye

y duerme. Pensar que no supe nunca

que estaba ciega hasta que vi

al síntoma sentarse a un lado mío.

Nunca supe hasta ahora que me abriga

el aliento que exhalaron por la noche

mis ancestros dormidos. Hoy

soy epílogo, hoy soy carcasa. El hambre

apoya su mano fría contra mi vientre.

Entro y salgo de las habitaciones.

El síntoma está triste: le devuelvo la ruta

que había empezado a trazar con el meñique.

Mis cicatrices cambian de color cuando me toca.

Nadie cree que lo nuestro es sólo mío.

El síntoma pelea como una lámpara pelea

con la noche. Es un criador de ataúdes.

El síntoma crece si cierro los ojos, si trato

de seguir con vida. No es

nada del otro mundo. Es

el olor de un estanque rojo, el llanto

de una madre primeriza y me pide

que lo detenga porque podría caerse.

El síntoma es el padre de los peores animales.

Hoy tengo el síntoma. Hoy

el síntoma me tiene. Soy una incógnita

que el silencio despeja, una fruta

en la última hora de la tarde.

Este poema forma parte de Las fuerzas débiles, Vaso Roto, 2024. Del libro también es coautor Adalber Salas Hernández. Se reproduce con el permiso de la autora.

Imagen de portada: Anónimo, fantasía mármol en rojo, amarillo, verde, rosa y blanco, ca. 1850. Rijksmuseum